Bienvenidos a Cartas desde el pozo. Pronto se os acostumbrará la vista y confirmaréis que aquí las paredes rezuman agua insalubre y el suelo de cantos y guijarros entorpece el movimiento. Sin embargo, algunos hemos dado con un rincón donde sobrevivir. Allí sonreímos a la tragedia, labramos la ciénaga para cultivar comedias, y nos hemos conjurado para que el esperpento sea nuestra rutina. Seguidme y os conduciré hasta el lugar del que os hablo.

Todos arrojáis vuestros desperdicios al pozo: lo que os obsesiona, lo que no os atrevéis a mostrar, lo que no debería haceros reir pero inevitablemente os provoca carcajadas incontenibles... lo que os impide ser normales. Bajad y descubriréis que estáis descartando la mitad de vosotros mismos. Posiblemente, la mejor mitad.

El código del pozo

En Cartas desde el pozo sólo hay una regla: expresamos ideas, sensaciones y sentimientos por medio de palabras, pero evitamos la pedantería, la chabacanería o el exceso de afección.
Aquí caben todos los registros, pero no atormentes con tu tormento ni intentes hacer reír con esa broma que ahora triunfa en los bares. No buscamos eso.
Y a la derecha, Lo que cae al pozo, nuestra sección de objetos perdidos que merecen ser rescatados del olvido.

Si quieres publicar o sugerir objetos, escribe a
cartasdesdeelpozo@ya.com

jueves, 26 de julio de 2007

Para vivir quería (náufrago)

Para vivir quería
el cabo lejano de la maroma
impulsar mi barco
zarpar en travesía
surcar los mares

Hacia allá,
a sotavento
donde ella es humana
y amanecen sus lágrimas
y encallan las gabarras
arrastradas por sollozos
batidas por los lamentos

Para vivir entré a puerto
a negociar confesiones rimadas
sorpresas que encierran sorpresas
juegos tramposos de palabras
mechones, falsos exvotos
y trapichear con la esperanza
de traer de vuelta
arcas, cofres y ánforas
con gestos conmovidos
palabras de aliento
bagatelas de esperanza

Pero ya no queda nada
naufragué:
velas rasgadas
cofa, brazola y pescante
contra las rocas, sumergidas
y la mesana a la deriva
donde agarrarme
si vivir quería

Y quién quisiera tal cosa
si jamás hubo ganancias
ni habrá tesoros
ni un relato que recuerde
a dónde me dirigía
cuando vivir quería

domingo, 22 de julio de 2007

El Pisaseñoras: entrada de diario (autenticidad sin confirmar)


















Hoy, en el tren, he pisado a una señora.


No la conocía.





Sé que soy un benefactor de la humanidad. Alguien tenía que hacerlo.



Por un instante mi mirada ha coincidido, uno por uno, durante centésimas de segundo, con todos y cada uno de los demás viajeros del vagón de cercanías.
Y con los ojos nos lo hemos dicho todo.
Y yo he asentido.
Me he sentido preparado para ser el pie ejecutor de la mayoría.


Y pisarla.


Porque había que pisarla. Y la pisé, pero bien.


Y me dolió más a mi que a ella.Pero había que hacerlo.


Y me ha gustado la experiencia, así que , a partir de ahora, me voy a dedicar a pisar señoras en los transportes públicos.


Seré conocido como el "pisaseñoras" y todas huirán de mi al verme llegar.


Verdaderas estampidas de señoras por los trenes de cercanías huyendo de mi, del "pisaseñoras"


Herminda, te quiero.

martes, 17 de julio de 2007

Cancionero del chocolate

Molendera de deseo en grano
que liberas aromas femeninos
amasas pasta de cacao y garbo
con que hacer bocados de mujer prohibidos

Amor crujiente
amor del duro
amor amor
amor sentido

Una jícara de bombón caliente y líquido
azúcar y gracia, sonrisa y barquillo
una emoción que al sorber desborda
paladear con gusto un cuerpo exquisito

Amor intenso
amor del crudo
amor amor
amor querido

Baño ardiente en ríos de chocolate
elixir de dioses que erigieron reyes
ungido sobre el cuerpo de la última diosa
para a un rey sin diosa desvalido

Amor amargo
amor del puro
amor amor
amor contigo

sábado, 7 de julio de 2007

Como declaración de intenciones, un homenaje a mi amigo de Atrapados en Madrid, quien por voluntad y méritos ya es uno de los ideólogos del pozo. Sospecho que él es uno de esos que convierten el esperpento en rutina. Queremos ser participativos; qué menos que la primera entrada nos llegue desde fuera del pozo, aunque también desde muy cerca, desde el agujero de al lado.

Ahí tenéis un ejemplo del código que nos rige: un fragmento de La Bienlo (y III). No olvidéis visitar Atrapados en Madrid y daros un chapuzon de surrealismo mágico:

"Bienlosabedios.

TOS-TOS-TOS

Bien lo sabe dios.

Bienlosabedios

La Bienlo.
el culo Bom-bom, bom-bom
Un croissant de chocolate en el sol.
Un enorme agujero, casi como una cueva.
Por la mañana.

TOS-TOS-TOS
TOS-TOS-TOS
TOS-TOS-TOS

[...]"