Si tu en mi
Si tú te vieras como yo te veo
desafiarías a los espejos
que bien querrían quebrarse
turbados por no poder imitarte.
Y tus ojos danzarían atónitos,
como acariciando tu imagen,
como hacen siempre,
antes de languidecer
como noche polar,
la más larga del mundo.
Ojalá soñaras mis noches de insomnio.
Te descubrirías alada,
velando en la penumbra,
evocando en el silencio.
Y serías flor expoliada por abejas,
pétalos desprendidos
flotando en el espacio,
formando senderos
como astros alineados
sobre los que pasear.
Con pies ligeros de cuerpo volátil
de niña indefensa en la noche, de mujer,
obra del primer rayo, al despertar.
Si mis párpados abrieran tus ojos
dirías: no hay color que me haga justicia
que el blanco en mi blusa amaneció muerto.
Será tu piel tierra de siena en verano,
o el oro sulfúreo de tu pelo,
quizá el sombrío betún de tu escote abierto.
Yo sólo sé que por duelo,
mañana, tras la próxima lluvia,
el arco iris se teñirá de negro.
Cómo decirte,
si supieses lo que yo deseo
te cubrirías ruborizada,
pero ay,
ojalá no sientas lo que yo siento
que entonces no querrías ser tú
sino yo
y no serías nada,
nada de esto,
nada de nada.